
El domingo a la tarde, cuando llegué a Parc Güells, entre miles de turistas me encontré con Silvana y Javi, lo cual no era tan raro considerando que estábamos haciendo los paseos obligados. Los chicos se estaban yendo para el puerto, y yo recién llegaba al parque. Lo raro fue que, sentados en el Ponte Velo, los chicos se encontraron con Zajicova y el marido, que estaban pasando su último día en Barcelona.
Esa noche nos juntamos a comer tapas y paella, y a pasear por la rambla e intentar ver las luces de Plaza España. Digo intentar, porque estaban todas apagadas, tanto que ni siquiera nos dimos cuenta donde estaban las fuentes, tuvimos que verlo después en una postal.
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